Peter Jackson´s King Kong : Ahora más grande, con más metraje...
Hacía tiempo que rondaba por casa una copia de Peter Jackson´s King Kong (2005) Edición Extendida de Luxe (3 DVD). La compré en Los Angeles, concretamente en una de las pocas tiendas que

He de apuntar que soy un gran admirador de la bestia salvaje que vive en la Isla de la Calavera desde que tengo uso de razón. Mi primer encuentro con el gran mono tuvo lugar allá por 1973, cuando se celebró un homenaje tras la muerte de Cooper y pudimos ir toda la familia al cine a ver el reestreno de la película. Reconozco que el King Kong ( Merian Caldwell Cooper) de 1933 sigue siendo el mejor de todos. Es el único que puede transportar la imaginación de un niño y hacerle creer que aquel bicho tan feo y tan grandote, de movimientos un tanto mecánicos, existía de verdad , aunque todo sucediese en blanco y negro y lleno de rallas en la pantalla. Son cosas que nunca se olvidan, se quedan impregnados en la retina para el resto de la vida (y posiblemente otras vidas...).
Ojo, pero no me tachéis de purista. Para mí solo existen tres King Kong. El resto son sucedáneos. El segundo King Kong que disfruté fue el que John Guillermin (el dios del cine catastrofísta) llevo a las pantallas en 1976 con una desconocida Jessica Lange y un melenudo Jeff Bridges. Esta fue una película que recuerdo haberla visto en una sesión matinal en el cine Pelayo junto con mi padre y mi hermana, mientras mi madre, en casa batallaba contra el desorden y nos preparaba la comida. Tengo muy buen recuerdo de esta versión, sobre todo su excelente banda sonora de John Barry y esa escena tan seductora de Kong desnudando a la Lange en la cascada y soplándole en modo hiperhuracanado para poder secarla. He de decir que el climax final en las desaparecidas Torres Gemelas con ese corazón de mono apagándose lentamente hicieron del niño que habitaba en mí (con 9 años uno esta muy sensible) acabase sentado en la butaca en un mar de lágrimas.
A contra de lo que mucha gente opinaba, he de decir que la versión de Peter Jackson me gustó bastante. El barbudo (y anteriormente orondo) director me dio una visión del gran mono que a mi me gustaba. Se nota que tiene un gran respeto a la criatura, al gran clásico de Cooper (aunque en una escena de la película Jack Black, interpretando a oportunista director de cine Carl Denham, mencione despectivamente al padre de la criatura). Tenía constancia de que Jackson había filmado más escenas y esperaba con anhelo poder verlas integradas en una versión para DVD. Cuando adquirí el DVD estaba que no me lo creía. Pero... en cierta forma sentía cierto temor en poder ver si lo que había añadido después de haberlo desechado merecía la pena y/o estropeaba el ritmo trepidante de la mitad de la película. Así pues, decidí no verla hasta que estuviese preparado para ello. De eso un año y medio hasta que Juanjo, un amigo cinéfilo, admirador del director del Señor de los Anillos me comentó que quería verla. Y la vimos.
No se muy bien por donde empezar pero de lo que sí tengo claro es que la nueva versión ampliada de Jackson me gustó bastante. Por lo menos y como sucedió cuando vi por primera vez King Kong me teletransportó a la Isla de la Calavera y me olvide de todo lo que había a mi alrededor. Resulta curioso que algunas de las escena añadidas tiene muchísima mayor calidad en cuanto a tensión narrativa se refiere que algunas que dejó puestas (y que siguen incluidas como la estampida de diplodocus de cartón piedra que en la nueva edición chirría por todos lados). Lo añadido es bueno, muy bueno y todo un homenaje al clásico de 1933 como la escena del viaje en troncos por el pantano o el primer encuentro de la expedición con un ser primitivo en forma de Triceratops con muy mala leche... No todo lo nuevo se centra en lo que sucede en la isla. Otra parte del metraje extra está empalmado en la primera hora de película, en el viaje en barco, donde muchos de los actores secundarios se dibujan mucho mejor y donde conoceremos más detalle sobre la vida y anhelos de los protagonistas.
El King Kong de Jackson gana en intensidad en esta nueva versión. Es más grande (tanto como el peludo habitante de Isla Calavera), más dramática, más intensa que la copia desinflada que pudimos ver en el cine. Merece, ante todo, darle una nueva oportunidad, no verla como un simple remake con mucho dinero de por medio. Es todo un homenaje al cine de antaño, hecho con todo el cariño y con conocimiento de causa.