24 Imágenes por Segundo

miércoles, 18 de marzo de 2009

Let the right one in (Låt den rätte komma in) (2008)

Hoy en día cuesta sorprender al público con una buena película de terror. Sobre todo con una que tenga fondo y los personajes sean creíbles, no modelos de peluquería y cuerpos desnatados surgidos de las playas de Santa Mónica. Por eso siempre me ha gustado mucho más el cine europeo, más dado a mostrar la realidad tal y como es. Ni los gordos son tontos ni graciosos, ni los delgados y guapos son listos y triunfan con todo tipo de moralina concentrada.

A lo que iba. Señoras y señores, niños y niñas bienvenidos a el terror europeo de autor, pero de mirarlo como si de pronto a Truffaut o al mismísimo Bergman le hubiese dado por ofrecer una versión particular sobre el mito del vampiro. Su director Tomas Alfredson le sabe dar ese punto introspectivo de que aparentemente no sucede nada, que todo es normal, pero que en el fondo se está tejiendo una historia compleja y muy enternecedora, pese a la situación y los acontecimientos a los que estamos siendo testigos. La historia no es suya, sino de John Ajvide Lindqvist, que ha adaptado su propia novela con mucho acierto, sabiéndole dar ese ritmo necesario para atrapar poco a poco al público (algo que resulta harto difícil hoy en día) Si es cierto que en buenas manos puede ofrecer una nueva visión, es este caso la de un punto de vista infantil e incluso en ocasiones hasta tierno (la escena de cubo de rubik es bella y a la vez inquitante) mucho más centrado en la amistad y apoyo mutuo que en sembrar caos y destrucción allí donde uno pisa. Sí, porque en Let The Right One In (que vendría a ser algo así como “Deja Entrar a la Persona Correcta”) se habla ante todo de amistad, de la de verdad, de los secretos, de las debilidades humanas y por supuesto de las sobrenaturales; pero sobre todo se hace mucho hincapié en la soledad, la eterna soledad del vampiro y de la incomoda soledad de un niño cuyos padres separados se lo rifan como si se tratase de un mueble o un objeto inanimado o la de sus compañeros de clase que lo repudian, humillan y burlan de él de forma aberrante.

En resumidas cuentas: lo más llamativo de toda la trama es su simplicidad, con muy pocos efectos especiales, salvo en muy contadas ocasiones y tampoco como para dar saltos de alegría o compararlos a los de una superproducción. Pero ojo, efectivos. Es una historia bonita, casi realista y de obligado visionado. Let The Right One In no es una película de sustos (no hace falta) ya que es cotidiana hasta la médula, pero sabe enganchar y hace sentirte solidario con la pequeña Eli (Lina Leandersson) cuya mirada de perrito apaleado y su aspecto feroz cuando se transforma deja a uno fascinado con su presencia y con su compañero de fatigas el joven Oskar (Kåre Hedebrant).

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