Mi nombre es Earl.
Esta serie es le leche. El personaje de Erl (Jason Lee) es brutal, genial y encima es más simple que el mecanismo de un botijo. Aunque su hermano Randy (Ethan Suplee) le gana con creces. Hay series que ganan puntos cuando su duración se limita a unos simples 30 minutos y Mi nombre es Earl es una de ellas. Cada episodio es un batiburrillo de situaciones, algunas más desternillantes que otras, pero que dan mucho juego a la trama, la purgación de los pecados haciendo buenas obras (o Karma). Lo bueno que tiene esta serie es que no tiene límite y la constante y el factor sorpresa pueden mantenerse frescas hasta que a los protagonistas o responsables de la serie se cansen. Earl y su hermano no son los únicos protagonistas de la serie. Una serie de personajes esperpénticos como ellos hacen acto de presencia en todos o la mayoría de los episodios. Así tenemos a Joy (Jamie Pressly) la pedorra ex mujer de Earl despampanante pero necia hasta la avaricia. Su actual compañero Even Darnell (Eddie Steeples) más conocido como Crab Man (Hombre Cangrejo) de muy buen corazón pero muy corto de miras. También les acompaña Catalina (Nadine Velazquez) una emigrante mexicana sin papeles que se dedica a ayudar a Earl en algunos de los momentos más difíciles de su cruzada. La serie refleja una visión de la América profunda con mucho sentido del humor, esperpéntica pero entrañable.
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