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martes, 7 de diciembre de 2010

Gerry Anderson: ¿El hombre que amaba a las marionetas? 1º Parte

Quizás a muchos de vosostros el nombre de este caballero os suene a chino. Pero si digo que es el padre de los Thunderbirds, Capitán Escarlata o el artifice de series tan mitómanas como Espacio 1999 o U.F.O a más de uno ya le sonará saber de quién estoy hablando. Su pasión por la ciencia ficción estaba tan al limite como su obsesión por las maquetas, los decorados de cartón piedra o los animatronics en forma de muñecos manipulados por hilos y palancas. Podría decirse que su máximo rival en aquellos momentos (estoy hablando de la década e los 50 a los 70) era el maestro Ray Harrihausen grande entre los grandes dentro del arte del Stop Motion. Aunque si bién ambos utilizaban maquetas y muñecos Anderson hacía escaso uso del fotograma a fotograma y todas sus criaturas se movian descaradamente con los típicos hilos de pescar.
Nacido como Gerald Alexander Abrahams el 14 de abril de 1929 en el pueblecito de Kilburn, al norte de la cuidad de Londres, Gerry vivió rodeado del ambente militar. Lionel su hermano mayor era piloto de la RAF destinado en los EEUU en la base aerea de la USAF Thunderbird Field. Fue su madre (de origen Polaco-Ruso) la que cambió el apellido Abrahams por Anderson ya que para ella sonaba mucho más agradable.
Gerry comenzó su carrera en el campo de la fotografía militar. Después de la Segunda Guerra Mundial entró a formar parte del la British Colonial Film Unit, donde se despertó en él un interés casí obsesivo hacia el arte de la edición cinematográfica. Con el tiempo entró a formar parte de la prestigiosa Gainsborough Pictures dónde adquirió una gran experiencia. Lamentablemente el estudio se declaró en quiebra en 1950 y Gerry tuvo que dedicarse a trabajar de forma independiente. Durantes este periplo conoció a Arthur Provis otro operador cinematográfico y junto con Reg Hill y John Read crearon la Pentagon Films en 1957. Allí conocería a Sylvia Thamm que se convirtió en su segunda esposa y socia. Pentagon acabó desintegrandose y Anderson y Provis formaron una nueva compañía llamada AP Films. Su primer trabajo en la nueva compañía fue para Granada Television, en una serie infantil llamada The Adventures of Twizzle (1957-1958) Su protagonista era una muñeca con la peculiar habilidad de poder estirar sus brazos y piernas hasta grandes longitudes. Ese fue el primer trabajo de Anderson con títeres y sin duda el germen de su larga y exitosa carrera.
Tras The Adventures of Twizzle llegó otra serie de títeres de bajo presupuesto llamada Torchy the Battery Boy (1958-1959) donde colaboró con el titiritero Christine Glanville, el técnico en efectos especiales Derek Meddings y el arreglista musical y compositor Barry Gray.



Resulta curioso destacar que a Anderson siempre estuvo bastante descontento acerca de tener que trabajar con títeres. Si bien le dieron renombre y exito para él no eran más que la base sobre la que iría edificando su máxima ambición, hacer película de acción con actores de carne y hueso.
La tercera serie de produccion para la AP Films fue Four Feather Falls (1959-1960). Dicha serie fue la primera en la que de Anderson hizo un uso primitivo del que luego llegó a conocerse como Supermarionation.
Por aquellos tiempos Anderson aceptá la oferta para dirigir una película para Anglo-Amalgamated Studios llamada Crossroads to Crime, era un película de suspense de muy bajo presupuesto aquello le animó para que se le abriese la puerta al mundo de cine pero la cinta fue un fracaso de taquilla.
Con el tiempo la APF entró a formar parte de la compañía ATV (entre otras cosas porque APF estaba en quiebra) Allí fue donde tomó contacto con Lew Grade quién le produciría gran parte de sus exitos.

Diario de un adicto al cine 2: ¡El 3D ha llegado!

Y lo hace para quedarse en nuestros hogares. Lo curioso es que en un principio parecía destinado a formar parte exclusivamente del mundo del cine, pero parece ser que ha encontrado un perfecto campo de cultivo en el terreno del ocio digital. No, si ya lo decía un sabio: "En el universo de los videojuegos hay sitio para todo". Ya hay en el mercado unos cuantos títulos con este formato (no exclusivo pero sí con la opción de activarlo) Al contrario de los distribuidoras de películas que simplemente o bien convierten una obra de un formato a otro (con horrendo resultados) o bien le pegan la etiqueta 3D a cualquier cosa, ya sea una drama de Romher o una superproduccion de Michael Bay, los señores de los videojuegos, rápidos como liebres han depositado todo su esfuerzo en ofrecer al jugador, a modo de suculento plato, una nueva perspectiva de sus juegos favoritos. El falso 3D al que nos tenían acostumbrados ahora es algo caduco. El de ahora es real. Tiene profundidad, volumen y ofrece la sensación casi completa de inmersión al que lo juega. Títulos como Call of Duty: Black Ops, Pain, Little Big Planet o el espectacular Motorstorm ya pueden jugarse utilizando gafas frente al televisor (que soporte las tres dimensiones) Debido a mi trabajo son muchos los que me preguntan si merece la pena adquirir uno de estos aparatos. Mi respuesta es la siguiente: Si necesitas cambiar la televisión porque esta ya es vieja es una buena opción, aunque el uso de las gafas sea algo incomodo. Pero, cambiar un televisor nuevo simplemente por cambiar de tecnología no lo recomiendo, por lo menos no de momento.
Ya han comenzado a anunciarse las nuevas televisiones sin necesidad del soporte de gafas, Toshiba ha sido una de las primeras marcas en dar ese salto. Por otro lado, también han aparecido otras máquinas capaces de soportar esta tecnología. Panasonic y Sony ya han invadido el mercado con cámaras de foto o vídeo 3D (veremos que utilidad le podremos dar a dichos inventos porque ver las fotos o grabar la comunión de los críos o ese viaje a Benidorm del INSERSO en formato 3D puede ser mucho más mareante que ver El Proyecto de la Bruja de Blair y Rec ambas de un tirón)